21, abril, 2011. Luego de terminar el trabajo, subí a un bus del transantigo, pagué y me fui a sentar, una mujer con cara de enferma mental, me impedía el paso, así es traté de evadirla, llevaba mi maletín en la mano izquierda y estaba con un pie en el aire, cuando el chofer frenó bruscamente, me caí de espalda, me deslicé hasta la base del asiento del chofer y me golpée la cabeza, sentí como dos vertebras de la columna se quebraron y ahí quedé tirado en el piso. Cuando me caí, entregué el alma a mi creador y como si Dios me estuviese escuchado, inmediatamente apareció una enfermera, una arsenalera y un rescatista de montaña, estaba claro que no era mi hora.
Me llevaron de urgencia a la Clínica Santa María, ahí luego de los exámenes, me diagnosticaron una tetraplejia C6 completa, de ahí me trasladaron al Hospital del Trabajador
Vino una larga estadìa en el hospital, nueve meses estuve allí, llegué a la UCI, pasé a la UTI y luego me fui al piso 4 oriente, en donde están los parapléjicos y los tetraplégicos como yo. Costó estabilizarme, debido a la fiebre que tenía, luego me descubrieron una amnea de sueño, que era muy peligrosa, sobretodo para mí, en mi condición, rematando todo esto con un accidente vascular, debido a una subida de presiòn. El accidente me provocó una afasia leve, que me fue tratada por el mejor especialista del hospital. Pasé la Navidad y mi cumpleaños en el hospital, se hicieron presentes mi madre y todos mis hermanos y hermanas, sus esposos y esposas, sus hijos e hijas y mi propia familia. La reunión fue prácticamente en silencio, ya que mis hermanos se comunican mediante lenguaje de señas, al llegar el momento de hablar sólo recuerdo que hablaban de unidad. El Año Nuevo lo pasé en casa, en la intimidad de mi hogar, junto a las personas que más amo en el mundo.
Me llevaron de urgencia a la Clínica Santa María, ahí luego de los exámenes, me diagnosticaron una tetraplejia C6 completa, de ahí me trasladaron al Hospital del Trabajador
Vino una larga estadìa en el hospital, nueve meses estuve allí, llegué a la UCI, pasé a la UTI y luego me fui al piso 4 oriente, en donde están los parapléjicos y los tetraplégicos como yo. Costó estabilizarme, debido a la fiebre que tenía, luego me descubrieron una amnea de sueño, que era muy peligrosa, sobretodo para mí, en mi condición, rematando todo esto con un accidente vascular, debido a una subida de presiòn. El accidente me provocó una afasia leve, que me fue tratada por el mejor especialista del hospital. Pasé la Navidad y mi cumpleaños en el hospital, se hicieron presentes mi madre y todos mis hermanos y hermanas, sus esposos y esposas, sus hijos e hijas y mi propia familia. La reunión fue prácticamente en silencio, ya que mis hermanos se comunican mediante lenguaje de señas, al llegar el momento de hablar sólo recuerdo que hablaban de unidad. El Año Nuevo lo pasé en casa, en la intimidad de mi hogar, junto a las personas que más amo en el mundo.
2 comentarios:
Y aún así, J.C. aquí está, con la frente en alto, como siempre. Dándole con todo lo que tiene a la vida que no se le terminó ése 21 de abril. Fue una locura, todo este tiempo, creo que no imagina la cantidad de preocupación que lo rodeaba por esos días (meses) y es porque habemos muchos que lo queremos harto..haaarto!!
Es un ejemplo para muchos, J.C. en muchisimos aspectos de la vida. Yo lo admiraba desde antes de leer su poesía, creo que el mejor de los roles que lo he visto cumplir es el de papá, y me emociona hasta las lágrimas pensar siquiera que existen personas como usted, cumpliendo roles como ése con tal dedicación. Hay mucho amor a su alrededor, J.C. nunca lo olvide.
Con un abrazo fraterno y un besito en la mejilla: Que Dios me lo bendiga grandemente!
1978: Un adolescente flaco y desharrapado como yo me busca conversa, me habla de poesía y resistencia, en sus ojos oscuros brillan mil quijotes rebeldes y sus finas manos enérgicas rubrican con pasión cada comentario.
Fue el nacimiento de una larga y hermosa amistad. De eso han pasado 34 años, y a pesar del tiempo y de las distancias, de los mil caminos recorridos en esta aciaga vida, tu esencia Julio César no ha cambiado: en tus ojos siguen brillando la sinceridad y la honestidad, tus palabras siguen derrochando convicciones de hombre humanitario y justo. Sin duda Julio César ha sido mi amigo de toda la vida, un hermano.
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